Public Integrity and Ethics: The Forgotten Ingredients of Democratic Governance

Trust in governments is currently an Achilles heel for democratic governance across the world.  In an age where the art of governing has become more complex and citizens have higher expectations of their elected officials and government, trust is the most important currency to sustain democratic governance. Unlike in authoritarian regimes, in democratic regimes trust matters because public information and citizen exchanges and discussions are sine qua non for democratic governance.  Trust helps govern, design, and implement policies in key areas related to health, education, and the economy, all affecting citizens’ well-being and their households. Trust reduces transaction costs and helps obtain the necessary policy support from citizens. Two ingredients that strengthen trust in government, but are not necessarily seen by the citizens, are public integrity and ethics. Trust is so fragile that any event or action that is perceived to be detrimental by citizens can put a crack on trust and/or break it.  So, any perceptions of abuse of power in the public sector, corruption, or opaque and unaccountable governance will reduce trust.  So, how can integrity and ethics strengthen democratic governance?

Integridad y Ética Pública:  Los Ingredientes Olvidados de la Gobernabilidad Democrática

La confianza en los gobiernos es actualmente un talón de Aquiles para la gobernabilidad democrática en todo el mundo. En una época en la que el arte de gobernar se ha vuelto más complejo y la ciudadanía tienen mayores expectativas de sus funcionarios electos y del gobierno, la confianza es la moneda más importante para sostener la gobernabilidad democrática. A diferencia de los regímenes autoritarios, en los regímenes democráticos la confianza es importante porque la información pública y los intercambios y debates con la ciudadanía son sine qua non para la gobernabilidad democrática. La confianza ayuda a gobernar, diseñar e implementar políticas en áreas clave relacionadas con la salud, la educación y la economía, las cuales impactan el bienestar de la ciudadanía y sus hogares. La confianza reduce los costos de transacción y ayuda a obtener el apoyo político necesario de la ciudadanía. Dos ingredientes que fortalecen la confianza en los gobiernos, pero que no necesariamente son visible para la ciudadanía, son la integridad y la ética pública. La confianza es tan frágil que cualquier evento o acción que la ciudadanía perciba como perjudicial puede dañarla y/o romperla. Por lo tanto, cualquier percepción de abuso de poder en el sector público, corrupción o gobernabilidad opaca y falta de rendición de cuantas reducirá la confianza. Entonces, ¿cómo pueden la integridad y la ética fortalecer la gobernabilidad democrática?