The Democratic Governance Factor in Glocalization: Time to Focus on Multi-Level Governance?

Whether one favors globalization or not, we have to admit we live in a world of ever-growing interdependence and interconnectedness. In fact, our interdependence has grown beyond anyone’s imagination.  On June 23, 2016 for example, a referendum was held to decide whether Britain should leave or remain in the European Union. Although with small margin, a majority of Britons voted to leave the European Union and the implications of that national and local event will no doubt have enormous global consequences.  The same can be say about the impact of climate change for the planet, in a way that what we do locally has a global impact. Another example of our interdependence is a food crisis, which reflects how dependent we are on each other’s production and policies to feed ourselves for our survival.  We cannot escape the fact that today what happens in one part of the world can trigger a chain-reaction across the globe.  However, in parallel the world is also witnessing the resurgence and birth of aspirations for localization and for a greater role of local governments. The global and local dynamics are no panaceas for current challenges facing humanity, and both offer advantages and disadvantages for well-being and democratic governance.  But centripetal and centrifugal forces are creating a number of contradictions between globalization and localization.  A dimension of this paradox was at full display in the referendum in Britain on whether to leave or remain in the European Union.

El Factor de Gobernabilidad Democrática en la Glocalización: ¿Será el Momento de Enfocarse en la Gobernabilidad Multinivel?

Si uno está o no a favor de la globalización, tenemos que admitir que hoy vivimos en un mundo que es crecientemente más interdependiente e interconectado.  Lo cierto es que nuestra interdependencia ha crecido más allá de cualquier imaginación.  El 23 de junio del 2016 por ejemplo, se llevó a cabo un referéndum en Gran Bretaña para determinar quedarse o salir de la Unión Europea.  Aunque fue un margen estrecho, una mayoría de británicos votaron para retirarse de la Unión Europea, y las implicaciones de ese evento nacional y local sin duda tendrán consecuencias globales enormes.  Lo mismo puede decirse del impacto del cambio climático para el planeta, de tal forma que lo que hacemos localmente tiene un impacto global.  Otro ejemplo de nuestra interdependencia es una crisis de alimentación, que refleja lo dependiente que somos de la producción y políticas de otros para alimentarnos y sobrevivir.  No podemos escapar el hecho que hoy lo que pasa en una parte del mundo puede suscitar una reacción de cadena en todo el mundo.  Sin embargo, en paralelo el mundo también está siendo testigo de un renacimiento y resurgencia de aspiraciones en favor de  la localización y de un mayor papel para los gobiernos locales.  Las dinámicas globales y locales no son una panacea para los desafíos actuales que confrontan a la humanidad, y ambas ofrecen ventajas y desventajas para el bienestar humano y la gobernabilidad democrática. Pero fuerzas centrípetas y centrifugas están creando un sin número de contradicciones entre globalización y localización.  Una dimensión de esta paradoja estuvo en plena exhibición en el referéndum en Gran Bretaña para decidir quedarse o salir de la Unión Europea.