Uno de mis lectores me pidió que analizara el Índice de Innovación Global publicado recientemente y su relación con dos índices de gobernabilidad democrática: el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional y el Índice de Freedom House. Estas tres métricas miden diferentes condiciones y factores de las sociedades. Pero ¿pueden estos tres índices correlacionarse y explicar los procesos de innovación en un país? Si bien las correlaciones pueden parecer obvias al principio, analizar cómo se entrelazan estas tres métricas puede proporcionar respuestas a preguntas tales como, ¿cómo se ve afectada la innovación en un país o territorio, por las percepciones de corrupción o las condiciones para los derechos políticos y libertades civiles? ¿Pueden los países o territorios ser innovadores a pesar de altas percepciones de corrupción y un dudoso historial en materia de derechos humanos? ¿Hasta qué punto la innovación se ve obstaculizada por la corrupción y la falta de derechos humanos?
En Síntesis: ¿Que Mide cada Métrica?
Antes de analizar la innovación en el contexto de la percepción de la corrupción y las condiciones para los derechos humanos, es importante comprender qué realmente mide cada una de estas métricas. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) mide qué tan corrupto se percibe el sector público de cada país, según expertos y empresarios. El IPC se presenta en una escala de 0 (muy corrupto) a 100 (muy limpio). El puntaje de cada país es una combinación de al menos 3 fuentes de datos extraídas de 13 encuestas y evaluaciones de corrupción diferentes. Desde 1973, Freedom House ha evaluado la condición de los derechos políticos y las libertades civiles en todo el mundo. El marco conceptual se deriva en gran medida de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1948. El informe anual de la Libertad en el Mundo presenta calificaciones numéricas y análisis complementario por país o territorio, que incluye investigaciones en el terreno, consultas con expertos locales e información de artículos periodísticos, organizaciones no gubernamentales, gobiernos y una variedad de otras fuentes. El índice de Freedom House es un producto de 25 indicadores para un máximo de 100 en una escala donde 0 mide falta de condiciones y 100 mide condiciones adecuadas. Estos indicadores se enfocan en analizar las condiciones de los ciudadanos en los países y territorios para ejercer sus derechos políticos y libertades civiles. Según las puntuaciones, los países/territorios se clasifican en tres categorías: libre, parcialmente libre o no libre.
El Índice de Innovación Global (IIG) se lanzó en 2007 con el objetivo de identificar y determinar métricas y métodos que pudieran captar una imagen de la innovación en la sociedad lo más completa posible. El IIG adopta una definición amplia de innovación, que se centra en “productos o procesos nuevos o mejorados (o una combinación de ambos) que difieren significativamente de los productos o procesos anteriores y que se han puesto a disposición de usuarios potenciales y se han puesto en uso”. La clasificación o ranking general del IIG se basa en dos subíndices que son igualmente importantes para presentar una imagen completa de la innovación: el subíndice de insumos de innovación y el subíndice de resultados de innovación. En última instancia, el IIG se calcula tomando el promedio ponderado de las puntuaciones de sus indicadores individuales, en una escala de 1 (baja) a 100 (alta), lo que ayuda a producir la puntuación y la clasificación o ranking, respectivamente. El subíndice de insumos del IIG incluye indicadores relacionados con el entorno institucional (político, regulatorio y empresarial); capital humano e investigación (educación e investigación y desarrollo); infraestructura (general, tecnologías de la información y la comunicación, y sostenibilidad); sofisticación del mercado (comercio, inversión); y sofisticación empresarial (trabajadores del conocimiento, vínculos de innovación y absorción de conocimientos). El subíndice de resultados del IIG incluye indicadores relacionados con el conocimiento y la tecnología y los productos creativos (activos, bienes y servicios, y creatividad en línea). Ver mapa global del IIG en la Gráfica 1.

Un Análisis de Alto Nivel y Panorámico
Después de un breve resumen de lo que mide cada uno de estos índices, un análisis de alto nivel y panorámico de la clasificación o ranking de países proporciona evidencia para algunas hipótesis iniciales. Por ejemplo, al observar los 10 primeros países clasificados en cada uno de los tres índices (IIG, IPC y Freedom House), solo 4 países coinciden en los 10 primeros puestos: Suecia, Países Bajos, Finlandia y Dinamarca. Si bien su clasificación dentro de los 10 primeros puestos en cada una de las tres métricas no es la misma para estos 4 países, una hipótesis inicial podría ser que donde hay bajos niveles de percepción de corrupción pública y condiciones altas de derechos humanos, la innovación, medida por el IIG, obtiene resultados relativamente altos. Otra hipótesis podría ser que la alta innovación capturada por el IIG promueve una mayor transparencia pública y fortalece los derechos políticos y las libertades civiles. Cuando analizamos los 10 últimos países clasificados en cada uno de los tres índices, surge una imagen diferente ya que no hay un solo país que está clasificado en los últimos lugares en los tres índices. Yemen está clasificado entre los 10 últimos en las clasificaciones de IIG y IPC, pero Freedom House clasifica a Yemen entre los 12 últimos países. Sin embargo, se puede argumentar que, en el caso particular de Yemen, la innovación se ve restringida por la falta de derechos políticos y libertades civiles y la alta percepción de corrupción pública. Con pocas excepciones, los países clasificados entre los 10 últimos en el IIG, están también clasificados en el cuartil inferior del IPC (excepto Benín y Níger) y también están clasificados como no libres o parcialmente libres por Freedom House. Por lo tanto, parece haber una mayor tendencia a que los países con una percepción relativamente alta de corrupción pública y condiciones relativamente bajas para los derechos políticos y las libertades civiles estén clasificados entre los 10 últimos en el IIG.
Más allá de los 10 primeros y últimos países en las clasificaciones, ¿qué pasa si aplicamos nuestro análisis a países específicos? Preseleccionamos cinco países utilizando la categoría de ingresos que usa el IIG: uno del grupo de ingresos altos (Estados Unidos), tres del grupo de ingresos medios altos (China, Brasil y Sudáfrica) y uno del grupo de ingresos medios bajos (India). Los cinco representan diferentes regiones del mundo y cuatro son países con las más grandes poblaciones a nivel mundial. A continuación, se presentan algunos hallazgos (ver comparaciones por métrica de estos países en la Gráfica 2):
- Estados Unidos por ejemplo ocupa el segundo lugar en la clasificación o ranking del IIG con un puntaje de 61.8/100 y registra un puntaje en el IPC de 67/100, lo que lo ubica en el cuartil superior de la escala del IPC. En el índice de Freedom House, Estados Unidos obtiene una puntuación de 83/100, está categorizado como libre y se ubica en la parte superior del segundo cuartil del ranking. Freedom House señala que aunque sigue categorizado como Libre, Estados Unidos en la última década ha tenido un continuo declive en el índice.
- China ocupa el puesto 11 en la clasificación o ranking del IIG con una puntuación de 55.3/100 y registra una puntuación en el IPC de 45/100, lo que la sitúa en la parte superior del último cuartil de la escala del IPC. En el puntaje de Freedom House, China tiene un puntaje de 9/100 y está categorizado como no libre, y de los 56 países designados como No libres por Freedom House en 2022, China tiene los peores puntajes agregados en derechos políticos y libertades civiles.
- India ocupa el puesto 40 en la clasificación o ranking del IIG con una puntuación de 36.6/100 y registra una puntuación en el IPC de 40/100, lo que la sitúa junto a China en el último cuartil de la escala. En la puntuación de Freedom House, India tiene una puntuación de 66/100 y está categorizada como parcialmente libre. Freedom House señala una serie de retrocesos en los últimos dos años en India en cuanto a derechos políticos y libertades civiles.
- Brasil ocupa el puesto 54 en la clasificación o ranking del IIG con un puntaje de 32.5/100 y registra un puntaje en el IPC de 38/100, lo que lo ubica en el cuartil inferior de la escala del IPC. En el índice de Freedom House, Brasil obtiene una puntuación de 73/100, está categorizado como libre y aterriza en el segundo cuartil. Freedom House señala que en los últimos 10 años Brasil ha mostrado una de las caídas más pronunciadas en derechos políticos y libertades civiles en Sud America.
- Sudáfrica ocupa el puesto 61 en la clasificación o ranking en el IIG con una puntuación de 28.3/100 y registra una puntuación en el IPC de 44/100, lo que la sitúa en el cuartil inferior de la escala. En el índice de Freedom House, Sudáfrica obtiene una puntuación de 79/100, se clasifica como libre y se ubica en el segundo cuartil. Freedom House ha destacado preocupaciones en relación con la creciente desigualdad y la violencia, que amenazan los derechos y las libertades.

Parece haber cierta correlación entre el IIG, el CPI y los puntajes de Freedom House, en particular en el caso de los Estados Unidos. La hipótesis aquí sería que una percepción relativamente alta de transparencia de sus instituciones públicas y de las condiciones que permiten derechos y libertades, tiene un efecto positivo sobre la innovación en los Estados Unidos. Para India, Brasil y Sudáfrica, la correlación es inversa. Entonces, la hipótesis sería que la percepción relativamente alta de corrupción en sus instituciones públicas y las condiciones relativamente subóptimas de derechos y libertades, restringen la innovación. China es una anomalía en el análisis, ya que a pesar de registrar una percepción de corrupción en las instituciones públicas relativamente alta y unas condiciones de derechos y libertades muy bajas, obtiene una puntuación alta en el GII.
Desempacando la Innovación y la Gobernabilidad Democrática: Tres Casos Adicionales
Para desagregar y analizar aún más las posibles correlaciones entre las tres métricas, preseleccionamos tres países adicionales que son más pequeños en población y tamaño económico, representan diferentes regiones y tienen algunas características únicas.
- Singapur es un país que a menudo entra en conversaciones sobre modelos y resultados ideales en materia de gobernabilidad. Singapur ocupa el puesto 7 en la clasificación o ranking del IIG con una puntuación de 57.3/100. Singapur es el número uno en el mundo en 11 indicadores del IIG, que incluyen la eficacia del gobierno, el acceso a tecnologías de la información y la comunicación (TIC), inversiones de capital de riesgo y la fabricación de alta tecnología. Singapur ocupa el cuarto lugar en el CPI con un puntaje relativamente alto de 85/100 en términos de transparencia y baja percepción de corrupción pública. Freedom House califica a Singapur con una puntuación de 47/100 y lo clasifica como parcialmente libre. Según Freedom House, el sistema político parlamentario de Singapur ha estado dominado desde 1959 por el gobernante Partido de Acción Popular (PAP) y la familia del actual primer ministro Lee Hsien Loong. El marco electoral y legal que ha construido el PAP permite cierto pluralismo político, pero restringe el crecimiento de los partidos de oposición y limita las libertades de expresión, reunión y asociación. Se puede argumentar que Singapur tiene un sistema de gobierno restrictivo, pero a pesar de ello, se percibe que brinda beneficios a toda la población y no solo a la clase gobernante. Como tal, se permiten algunas libertades políticas y civiles y existe cierta toma de decisiones democrática, a través de referéndums públicos o representantes electos con poder limitado. Las puntuaciones en los tres diferentes indicadores alimentan la hipótesis de que la innovación en este caso no se ve restringida por una gobernabilidad democrática limitada.
- Chile es un país que se caracteriza por su fuerte tradición institucional. Chile ocupa el puesto 50 con un puntaje de 34/100 en la clasificación o ranking del IIG. Chile es el único país latinoamericano en los primeros 50 y lidera la región de América Latina y el Caribe como el principal innovador. Chile ocupa el puesto 27 en el IPC con un puntaje de 67/100 y está empatado con Estados Unidos en el ranking. Freedom House describe a Chile como una democracia estable que ha experimentado una expansión significativa de los derechos políticos y las libertades civiles desde el regreso a la democracia en 1990. Freedom House califica a Chile con un puntaje de 94/100 y lo clasifica como libre. Este sería el caso donde las percepciones relativamente bajas de corrupción pública y las altas condiciones para los derechos y libertades no necesariamente se traducen en mayores niveles de innovación.
- Mauricio es un país insular con la densidad de población más alta de los países africanos y se encuentra entre las más altas del mundo. Mauricio tiene el puntaje y la clasificación en el IIG más altos de la región africana. Ocupa el puesto 45 en el IIG, con una puntuación de 34.4/100. Mauricio lidera África en indicadores relacionados con instituciones, infraestructura, sofisticación del mercado y productos creativos. A nivel mundial, Mauricio es líder en acuerdos de capital de riesgo, marcas registradas, importaciones de servicios de TIC y nuevos negocios. A pesar de su buena reputación en gobernabilidad democrática, Mauricio ha tenido que lidiar con medidas legales, regulatorias y de aplicación en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción. Mauricio ocupa el puesto 49 en el IPC con una puntuación de nivel medio de 54/100. Freedom House califica a Mauricio con una puntuación de 86/100 y lo clasifica como libre. Freedom House destaca que Mauricio alberga un sistema abierto y multipartidista que ha permitido el traspaso regular del poder entre los partidos a través de elecciones libres y justas. Históricamente, las libertades civiles se han defendido, pero recientemente han experimentado algunas limitaciones para algunos grupos tales como periodistas y sus reportajes, mujeres y la comunidad LGBT+. Este caso podría alimentar una hipótesis de que niveles medios relativos de percepción de corrupción pública y condiciones relativamente altas de derechos y libertades pueden tener efectos positivos en la innovación.
Algunas Conclusiones Generales
En este análisis inicial queríamos articular el IIG, el IPC y el índice de Freedom House. Si bien estos índices miden diferentes condiciones en las sociedades y cubren a un número diferente de países, cada uno de los índices califica y clasifica a países y proporciona una métrica para comparar entre países. Como tal, nos interesaba indagar la relación y correlación entre la innovación y las percepciones de la corrupción pública y las condiciones para los derechos humanos. Planteamos algunas preguntas iniciales, tales como, ¿cómo se ve afectada la innovación en un país o territorio determinado, si es que lo fue, por las condiciones para ejercer derechos políticos y libertade civiles o por las percepciones de corrupción? ¿Pueden los países o territorios ser innovadores a pesar de dudosos antecedentes en materia de derechos humanos y anticorrupción? ¿Hasta qué punto la innovación se ve obstaculizada por la corrupción y la falta de derechos humanos?
El resultado de este análisis inicial es mixto y requiere mayor indagación e investigación para profundizar en las correlaciones y la causalidad. Sin embargo, el análisis inicial muestra que en algunos casos parece haber un vínculo entre la innovación y las percepciones de corrupción (ver Gráfica 3) y las condiciones para los derechos humanos, mientras que en otros el vínculo es menos evidente, e incluso hay casos que reflejan anomalías en cuanto a la relación y correlación de las tres métricas.

La innovación es un proceso que requiere insumos para producir productos. Involucra a diferentes actores como el gobierno, el sector privado/empresarial, las universidades y los trabajadores. La innovación implica operar en entornos nacionales e internacionales. Como tal, factores como el impacto de la pandemia de COVID-19, la actual situación geopolítica mundial turbulente y la guerra en Ucrania, las políticas monetarias y las repercusiones del retroceso democrático juegan un papel en los procesos de innovación. El GII no ofrece ninguna guía sobre cómo incorporar estas variables en la medición de la innovación, pero comprender cómo estas pueden afectar las condiciones para la innovación podría ser valioso para promover, adaptar y fortalecer las políticas y acciones.
La gobernabilidad de la innovación también es clave, ya que involucra acciones de individuos y organizaciones creativas, decisiones y apoyo público y privado de estructuras eficientes. Cómo funciona este círculo virtuoso para administrar eficientemente insumos, producir productos y la sostenibilidad, es un tema completamente diferente. Pero lo que quedó claro del último informe del IIG es que la existencia de este círculo virtuoso y su dinámica es lo que produce el conocimiento y la experiencia que forma la base de una toma de decisiones acertada, asegurando la alineación de una estrategia de innovación y la implementación. No hay duda de que la innovación necesita Investigación y Desarrollo (I&D), capital de riesgo, calidad de las universidades, calidad e impacto de las publicaciones científicas, patentes por origen, gasto en software informático y asociaciones público-privadas, y todos estos son insumos clave. Una vez más, cómo se hace funcionar esta dinámica en cada país no está claro en el informe.
Además, las iniciativas legislativas para financiar con recursos públicos la investigación y el desarrollo, proporcionar incentivos fiscales y alentar las asociaciones público-privadas parece que también tienen un papel importante en la innovación. Aunque el informe no analiza, lo que sucede cuando el proceso legislativo y la misma entidad legislative han sido capturados por intereses estrechos, no son independientes y están influenciados por la coerción y presiones políticas, o cuando no hay transparencia en la asignación presupuestaria. Finalmente, la innovación depende de las incubadoras y aceleradoras de empresas para fomentar el espíritu empresarial y promover una cultura de emprendimiento. Esto supone que las condiciones para el emprendimiento y la propiedad privada existen y son accesibles para todos.
En última instancia, las innovaciones deben tener beneficios para la humanidad. La definición de innovación utilizada por el informe IIG es amplia, lo que dificulta el análisis del tipo de producto que proviene de la innovación. Es diferente una innovación que hace que los misiles sean más efectivos para la guerra y el terror que una innovación que ayuda a encontrar una cura para una enfermedad. Aquí es donde un análisis adicional del IIG con otras métricas, como la percepción de la corrupción pública, las condiciones para los derechos humanos y otros indicadores de gobernabilidad democrática (estado de derecho, participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas) podría complementar la comprensión del IIG más allá del número, índice o puesto. Una tendencia que destacamos en este análisis inicial es que la correlación entre el IIG y los dos indicadores utilizados de gobernabilidad democrática es relativamente positivo. De los 20 primeros países clasificados por el GII, la mayoría también se encuentran entre los 20 primeros países clasificados por el IPC y entre los 20 primeros países en el índice de Freedom House. Además, de los primeros 20 países clasificados en el GII, solo China es el país con cifras bajas en derechos y libertades, según la medición de Freedom House. En los primeros 50 países clasificados en el IIG, de acuerdo con el análisis de Freedom House solo el 12 % de los países no son libres. Cuando analizamos los últimos 20 países clasificados en el IIG, de acuerdo con el análisis de Freedom House el 50% serian clasificados como no libres y el 50% como parcialmente libres. Ni un solo país entre los 20 últimos del IIG está clasificado como libre por Freedom House. Entre los últimos 50 países clasificados en el IIG, solo el 10% son considerados libres por Freedom House, el resto son parcialmente libres o no libres.
Un desafío clave es encontrar métricas que capturen la innovación en todas sus dimensiones, incluida la gobernabilidad democrática. Por ejemplo, muchos de los 134 países del GII no revelan montos de inversión para innovación ni una lista de productos innovadores que se han producido. Sin duda, el GII es una métrica útil, pero no captura completamente la dinámica de las condiciones, las percepciones y los enfoques de gobernabilidad. Una observación clave es que los puntajes y clasificaciones del GII no son directamente comparables entre un año y otro, ya que la innovación es un proceso dinámico que requiere actualizaciones constantes. Además, explicar los valores atípicos o anomalías en el contexto de los contextos de gobernabilidad democrática puede enriquecer la comprensión de la innovación y las condiciones adicionales, como la transparencia, que promueven y fomentan las innovaciones.
*Fuente de la foto: Pexel, 2023